“Empecé gracias al sentimiento de rabia, de coraje… y
terminé, porque no había otro final posible.
Este pequeño relato cuenta como me di cuenta que no
estaba sola habitando mi mente, mi cuerpo, manipulando mis pensamientos y mis
acciones, y cómo, mi compañera, a base de mis sentimientos reprimidos, me llevo
a causar catástrofes en tantas vidas como sentimientos de impotencia había
tenido a lo largo de la mía.”
Yamile Avellaneda era la típica
chica promedio que procuraba por sobre todas las cosas, jamás meterse en
problemas, por ello, cometió en demasiadas ocasiones, el error de ocultar el
enojo e impotencia que le causaban las personas y sus acciones, lo cual, como
pueden ver, no la llevo al mejor de los sitios. Una nueva chica apareció dentro
de ella, una que no se tragaría nada que sintiera, una que estaría dispuesta a
acabar con los problemas, y con las personas que se interpusieran en su
tranquilidad.
El primer asesinato ocurrió por la
noche, un par de días después de que Yamile, al igual que muchas chicas en el
mundo, fue engañada por el chico al que amaba, el cómo se dio cuenta ahora no
es relevante, lo importante es lo que su nueva compañera le llevo a hacer; sin
titubear, sin trastabillar, sin ninguna duda en su mente, en la decisión que
había tomado, el cuerpo de Yamile se dirigió al punto de encuentro de sus más
recientes dos enemigos, y luego…
Ahora ella debe buscar la forma de
deshacerse de esa chica antes de causar daños irreparables a más personas,
incluyendo a sus amigos más cercanos, familia y ese chico con el que “es
complicado”. Debe enfrentarse al desespero de saber que no es ella quien toma
las decisiones en la mayoría de los casos, la presión de saber que es un
peligro para las personas que más aprecia, resistirse a la locura de escuchar
en su mente, otra voz que no le pertenece a ella. Después de todo, asesinar a
una asesina, no es tarea fácil.
Prometo que no se aburrirán leyendo
cosas usadas aquí, ya que cada vida es única, y en este caso, con dos personas
a la vez, hablamos de algo aún más único...